Todos tus besos son como un llanto que se desangra a través del filo de un cuchillo.Nadie permanece impasible ante la cornada que asestan tus palabras.
El aire se sostiene en la punta de los dedos como la libertad se nos pega a la lengua cuando queremos defendernos de lo que somos.
Los ojos, taciturnos, callan, otorgándole a la ilusión la experiencia que no le pertenece y a la sabiduría la esperanza que le falta.
No existen nombres para nuestros credos, si disfraces para vestir de dignidad las ambiciones. Se cuelga el sol de los costales como el lazarillo del destino.
Amanece, de nuevo, la rutina. El timbre de tus ojos, que me contemplan como ascuas, me enseña que si vivo y siento es porque tú me piensas.
Ana Cristina Pastrana
1 comentario:
Bello muy bello, haces que uno viaje con tus pinturas.
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